El Intendente Nicolás Olivera encabezó este domingo la ceremonia de inauguración de las obras de pavimentación del camino que une Ruta 26 con la localidad de Cañada del Pueblo, a lo largo de 12 kilómetros. La intervención demandó una inversión superior a los 2 millones de dólares e incluyó la recuperación total de la base, aplicación de 71.000 metros cuadrados de tratamiento bituminoso doble, construcción de alcantarillas y generación de señalización vertical y horizontal, entre otros detalles complementarios como pavimentación de calles internas y mejoramiento del alumbrado en la zona poblada.
Obra largamente esperada
La localidad de Cañada del Pueblo está ubicada al sur del kilómetro 113 de Ruta 26. Para llegar al centro poblado es necesario recorrer unos 12 kilómetros a lo largo de un camino que, por sus características, durante décadas limitó considerablemente la movilidad de los vecinos de la zona, fundamentalmente los días de lluvia.
A finales de 2023, en el transcurso de una reunión con los pobladores, el Intendente Nicolás Olivera, en respuesta al histórico reclamo, anunció la recategorización de esta vía de acceso, en el marco de lo que en ese momento denominó “la obra de caminería rural más grande en la historia”, con una inversión cercana a 2,5 millones de dólares.
Una tarde de fiesta
Este domingo se concretó la inauguración de las obras, que consistieron en la recomposición total de la base, pavimentación con tratamiento bituminoso doble de todo el tramo (71.000 metros cuadrados); construcción de 390 metros lineales de alcantarillas, aplicación de 1.500 toneladas de cemento y señalización vertical y horizontal, así como intervenciones en el centro poblado, con pavimentación de calles y reforzamiento del alumbrado.
En la ceremonia, que comenzó pasadas las 19 horas, acompañaron al Intendente Olivera el secretario general, Fermín Farinha, varios integrantes del equipo de gobierno, alcaldes, ediles y vecinos que hicieron explícito su beneplácito por la concreción de una obra largamente demandada y muchas veces anunciada, pero que finalmente se llevó a cabo en el presente periodo.
En su intervención, Olivera reflexionó acerca de la denominación de “gran obra” y ratificó su visión respecto a que las grandes obras no pueden medirse en parámetros exclusivamente económicos, ni siquiera en la cantidad de personas que benefician, sino en su potencial para transformar la realidad, dando respuesta a viejos anhelos de la gente y desandando procesos de resignación.
«Las grandes obras son aquellas que saldan cuentas pendientes», expresó el Intendente refiriéndose a las demandas de los vecinos de Cañada del Pueblo que se vieron satisfechas con la ejecución de este proyecto.
Aseguró que en esta localidad del este del departamento “la cuenta pendiente era la ruta de acceso”, porque el mal estado del camino limitaba considerablemente la conectividad e impactaba directamente en la cotidianidad de muchas personas, desde el joven que no podía acceder a un centro educativo un día de lluvia hasta el vecino que se veía imposibilitado de llegar a su lugar de trabajo.
“Hoy para mí es un día de felicidad”, añadió Olivera y aseguró que a partir de ahora los vecinos de Cañada del Pueblo pueden empezar a soñar “en otras cosas” y pensar en reclamar por otras cuestiones que beneficiarán a la comunidad, pero la realidad hoy indica que hay una vía de acceso completamente nueva, calles pavimentadas y mejor alumbrado.
“Sentimos que hemos honrado la confianza que se nos dio”, subrayó.
“Un sueño cumplido”
Una vecina, Ana Moreira, compartió las vicisitudes que debía afrontar cuando, los días de lluvia, debía abandonar la localidad a bordo de su moto. “Era horrible”, recordó.
“Quiero agradecer a Nicolás Olivera y a todo su equipo, porque cumplieron nuestro sueño, un sueño muy importante”, subrayó y destacó que esta vez, luego de tantos años de espera, “las palabras se convirtieron en hechos”.
La coordinadora de Descentralización, Gabriela Gómez, agradeció a los vecinos por haber depositado su confianza en la gestión encabezada por el Intendente Olivera y aseguró que “de la mano del bitumen” también llegaron oportunidades para muchas personas, como los cursos de arte textil y las capacitaciones en gastronomía que la UTU dictó en El Eucalipto.
“Ahora ya no habrá excusas para no estudiar, para no ir a la escuela, para que no vengan los profesores, para que no haya una mejor salud. Porque tenemos lo principal, que es el camino de acceso”, enfatizó.
Mientras tanto, el coordinador de las Juntas Locales de El Eucalipto y Cerro Chato, Leo Moreira, oriundo de Cañada del Pueblo, consideró que la ejecución de la obra “es un sueño cumplido”, porque un camino en mal estado equivalía a ambulancias que no podían llegar, estudiantes que no podían salir o un panadero que no podía cumplir con su tarea de reparto.
“Los que somos de acá, lo hemos sufrido”, afirmó.
Exhortó a los vecinos a cuidar la obra y a seguir trabajando unidos, reclamando a las autoridades para “seguir mejorando la calidad de vida”.
Concluida la oratoria, Olivera y Farinha, acompañados por vecinos y otras autoridades, cortaron la cinta, dejando oficialmente habilitadas las obras y poniendo punto final a una jornada que incluyó la entrega de una placa de reconocimiento a la familia Victorica, que asistió a los trabajadores que ejecutaron los trabajos, así como un cierre a todo ritmo con Wanco.