En el Complejo Educativo Paysandú y con la presencia del Intendente Nicolás Olivera, se llevó a cabo este miércoles una asamblea informativa relacionada a la construcción de la nueva sede de la Universidad de la República, que ocupará el predio del ex Corralón Municipal. “Paysandú tendrá una sede universitaria de primer nivel, para todo el país”, afirmó el Intendente.
Conjunción de voluntades
La asamblea se realizó en uno de los espacios de la ex terminal de ómnibus, a pocos metros de donde se levantará el nuevo campus que aglutinará todos los servicios de la Universidad de la República en nuestra ciudad.
A partir de una iniciativa del Intendente Olivera y con aportes económicos de la Intendencia, el Gobierno Nacional y la Udelar, se generarán instalaciones que incluirán decenas de aulas, espacios comunes, laboratorios, áreas de práctica en ciencias médicas, un auditorio para más de 300 personas y espacios verdes abiertos a la comunidad, entre otras prestaciones.
La presentación del proyecto a los vecinos fue encabezada por Olivera, acompañado por el secretario general, Fermín Farinha y el director de la sede Paysandú del Cenur Litoral Norte, Líber Acosta, además de la responsable de Proyectos del Interior del Plan de Obras de Mediano y Largo Plazo (POMLP) de la Universidad de la República, Helena Heinzen.
Olivera recordó que la Udelar “tiene mucha historia en Paysandú” como resultado del “esfuerzo de mucha gente durante muchísimo tiempo”, lo que posibilitó que se convirtiese en el departamento con mayor matrícula universitaria en el interior del país.
Este crecimiento de la población estudiantil -agregó- también generó “un lindo problema”, vinculado a la necesidad de ampliar continuamente la disponibilidad de locaciones para los diferentes servicios, generándose un esquema de espacios dispersos en diferentes zonas.
Ante esta situación y con el objetivo de establecer una solución de fondo para el déficit locativo, las autoridades departamentales encabezadas por Olivera, con el apoyo del Cenur Litoral Norte y del Gobierno Nacional, se embarcó en el proyecto de generar un edificio capaz de albergar todos los servicios universitarios, concretándose en primer término la donación de la manzana que en ese entonces ocupaban las instalaciones del Corralón Municipal, una infraestructura emblemática enclavada en un lugar estratégico, a pocos metros del Hospital Escuela del Litoral y del Complejo Educativo Paysandú que funciona en la ex terminal de ómnibus.
“Las puertas se fueron abriendo, las cosas buenas empezaron a pasar; las voluntades de todos estuvieron”, destacó el Intendente y elogió particularmente el rol que en este proceso desempeñaron tanto Líber Acosta como el director del Cenur, Mauricio Cabrera, así como el rector de la Universidad, Rodrigo Arim, a quien “hoy Paysandú está muy agradecido” y lo estará aún más en el futuro.
“Desde la Intendencia dimos todo lo que podíamos dar y un poco más. Y también estamos felices”, enfatizó el Intendente y consideró que esta inversión será “la más prolífera y productiva” a la que se haya apuntado, además del proyecto que más le ha entusiasmado en los últimos tiempos.
“Paysandú tendrá una sede universitaria de primer nivel, para todo el país”, subrayó.
En este marco, la Intendencia también avanza en la construcción de una residencia estudiantil en el predio que durante años ocupó la Dirección de Vialidad, buscando jerarquizar la estancia en Paysandú de muchos estudiantes de toda la región, además de dinamizar más zonas de la ciudad.
Diferentes impactos
La instancia con vecinos se desarrolló en cuatro etapas: una introducción a cargo de las autoridades, la presentación del proyecto arquitectónico, el análisis de impacto socioambiental y un espacio de intercambio y planteo de inquietudes.
Según informó Heinzen, el costo total de la generación de la nueva sede universitaria rondará los 26 millones de dólares.
Aseguró que la construcción de la nueva infraestructura tendrá “un gran impacto en el barrio”, porque se modificará el uso de la manzana que durante décadas ocupó el Corralón, destinándose a partir de hora a fines educativos terciarios, con cambios sustantivos en la dinámica de toda la zona.
“Se trata de comenzar un relacionamiento con los vecinos que luego va a ser más intenso, porque una vez que comience la obra habrá canales específicos para que puedan relacionarse”, explicó.
Respecto a los impactos socioambientales, también refirió al proceso de obra con algunos inconvenientes asociados como ruido, interrupción momentánea del tránsito; permanente movimiento de vehículos pesados y en algunos casos movimiento de tierra.
“Hay que estar preparados para eso y saber que es un momento acotado en el tiempo”, consideró y agregó que estos inconvenientes darán lugar a una realidad “con impactos positivos en general”, con la sede universitaria ya operativa.